Un tratamiento específico en cada dibujo
Comenzaremos la ejecución de dibujos acabados
de animales a partir de los más comunes y a la vez más
universales. El gato y el perro serán nuestros modelos ahora y
en ellos intentaremos buscar sus rasgos específicos. Las
dimensiones, las proporciones de sus miembros, el tipo de pelo y
el trazo, sus peculiaridades anatómicas y, por supuesto, su
actitud serán datos a tener en cuenta a la hora de plantearnos
su dibujo.
Y en realidad cada uno de estos elementos
variará en cada circunstancia. Así, en los dibujos que siguen la
actitud del gato es más estática y recogida que la del perro,
así como los trazos representativos de su pelaje, que en el
primer caso deberán ser cortos y rígidos y en el segundo más
largos y envolventes. Iniciemos sin embargo, este tipo de
dibujos cuya práctica nos resultará de suma utilidad a la hora
de ejecutar escenas más complejas, en las que el animal juegue
un papel destacable.
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