Cada animal, al ser dibujado, exige un
tipo de trazo determinado, debido a las formas que
presenta su anatomía y a las características de su pelaje.
El trazo adecuado será un elemento
importantísimo para que el dibujo resulte correcto y
defina plenamente el aspecto y el comportamiento del
animal que nos sirve como modelo.
Pero además del
empleo de trazos concretos para simular una forma de
pelaje u otra, el dibujante tiene la posibilidad de elegir
papeles de distintos tipos que le proporcionen texturas
diversas. Después de conocer las diferentes posibilidades
que le ofrecen estos soportes, el artista habrá de elegir
el que mejor se adapte a sus necesidades expresivas.
A Trazos envolventes
Cuando dibujamos un perro, habremos de
utilizar trazos muy envolventes y largos, siguiendo una
dirección uniforme en función de la forma anatómica y del
pelaje visible en el animal.
B Trazos radiales
Si el modelo de nuestro dibujo es, por
el contrario, un gato, los trazos a realizar no deberán
ser tan envolventes como en el dibujo del perro, sino más
bien radiales y sin llegar a definir la forma.
El grano de papel
La importancia del papel empleado en el
dibujo de animales es decisiva, puesto que cada soporte
ofrece unas texturas muy diferentes y una calidad también
variada.
Si observamos este dibujo, apreciaremos
la diferente integración de los trazos realizados con los
lapiceros de grafito en virtud del propio grano del papel,
ofreciendo resultados bien diferenciados.
Será el artista quien deba decidir
entre el muestrario de papeles que se comercializan en la
actualidad, el más acorde con su trabajo de dibujo.