Conjunto de manos masculina y femenina en
actitud de saludo cordial.
Mano de anciana labriega.
La mano del niño no tiene la misma proporción
en relación con su cara
que la del adulto, puesto que si la del hombre tiene la longitud
igual a la
que va desde el mentón al extremo superior de la frente, la del
niño
no es más que la del mentón al entrecejo.
La grasa de que están dotadas las
manecitas de los niños oculta los nudillos de la unión
de los metacarpianos, sustituyéndolos por graciosos
hoyuelos.